1. Quemó la casa de una amiga porque la borró de Facebook

Las autoridades estadounidenses detuvieron hace unos días a Jennifer Christine Harris, una mujer de 30 años acusada de quemar la vivienda de una antigua amiga suya, después de que esta última borrara a Jennifer de su lista de amigos de Facebook.

Al parecer, Jennifer quemó el garaje de Jim y Nikki Rasmussen con la intención de que toda la vivienda ardiera. Sucedió a la 1.00 de la madrugada y, según cuenta la prensa local, todo comenzó organizando una fiesta.

Jen pidió a Nikki que creara un evento para que la gente se apuntara y ésta lo hizo. No obstante, según se acercaba la fecha de la fiesta, la gente empezó a pulsar el maldito “No acudiré” y lo que se antojaba como una idílica jornada se transformaba en un acontecimiento peñazo.

Después del fracaso hubo un intercambio de pareceres (parece que no muy cariñosos) y Nikki rompió una larga amistad por lo sano… y en Facebook. Borró a Jen de su lista de amigos y ella, según cuenta, no supo encajar el golpe.

2. La talla de sujetador de las empleadas será visible

No sabéis la que se ha liado en Suecia (y con razón) después de que las empleadas de una tienda de ropa interior tengan que llevar una tarjetita en la que pone cuál es la talla de sostén que utilizan.

Llegado este punto, hay dos formas de verlo: el de una empleada anónima, que protesta en la prensa local porque le parece una falta de respeto, porque los hombres no tienen que llevar su talla de calzoncillos y porque considera que nadie tiene que saber cuál es su talla de sujetador (cosa que yo comparto), y la de una de las jefas, que asegura que fueron las propias empleadas quienes sugirieron llevar la talla de su sostén y que es “voluntario”, aunque sobre esto último hay teorías.

No sé, pero si fuera una trabajadora de esta cadena de ropa interior, no sé si me gustaría que los hombres se quedaran mirando mis pechos para ver si mi sujetador le valdría a su novia (imaginaria o no, ahí no me meto).

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