Fuente: semana.com
Todo estaba listo para que Ameneh Bahramí, una mujer iraní que fue atacada con ácido por un pretendiente despechado, le aplicara la Ley del Talión a su agresor y lo dejara ciego. Sin embargo, en el último momento Bahramí decidió perdonarle la vista y le exigió, a cambio, que la compense con 150.000 euros para pagar su tratamiento médico.
La historia empezó en el 2004, cuando Majid Mohavedí, cansado de que Bahramí rechazara sus propuestas de matrimonio, la atacó con ácido y le desfiguró la cara. La mujer, además, quedó ciega. Desde entonces, Bahramí ha estado esperando que se haga justicia.
El agresor fue detenido y condenado a ser privado de la vista, pues la sharía (ley islámica) interpreta de manera literal el proverbio “ojo por ojo, diente por diente”. Inicialmente la ejecución de la sentencia estaba programada para el pasado 14 de mayo, pero las autoridades iraníes decidieron suspenderla sin explicar los motivos.
Y hace unos días, cuando ya todo estaba listo para ejecutar la sentencia, Bahramí se arrepintió y decidió perdonar a su agresor. La televisión iraní alcanzó a mostrar imágenes de Mohavedí arrodillado frente a su víctima, a la espera de que ella le echara el ácido en sus ojos. Al enterarse de que lo habían perdonado, Mohavedí lloró y aseguró que Bahramí había sido “muy generosa”.
“Me tiró una jarra de ácido sulfúrico en la cara. Me dejó ciega y ahora quiero que él viva ciego”, había asegurado Bahramí en el 2009. Ahora, al anunciar su perdón, dio a entender que su repentina decisión tuvo que ver con la presión de la comunidad internacional.
“Daba la impresión de que todo el mundo estaba esperando a ver lo que hacíamos”, aseguró. Lo que sí dejó claro es que por ningún motivo va a renunciar a la compensación económica, que en la legislación islámica se conoce como “precio de sangre”.
El abogado del agresor, sin embargo, explicó que 150.000 euros es una cifra inalcanzable para su cliente. Mohavedí, que ya ha cumplido en prisión siete de los doce años a los que fue condenado, no podrá salir de la cárcel hasta que no pague la compensación.
La noticia del perdón de Bahramí fue bien recibida por la comunidad internacional. Desde que se conoció la condena de la Ley del Talión, Amnistía Internacional y otras organizaciones de defensa de los derechos humanos habían iniciado una campaña para evitar que el agresor fuera víctima del ácido.
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