A través de la historia la educación colombiana así como la latinoamericana, ha tenido que soportar y adaptarse a los conflictos políticos, sociales y económicos internos y a una imposición mundial de modelos y sistemas los cuales han llevado a la escuela a convertirse en una colcha de retazos, aquella que la abuela ha utilizado durante años, que no sale del cuarto oscuro y frío y que tiene que soportar los remiendos de otras telas.

Muchos factores han influido para el resultado del modelo de educación actual, empezando por esa cultura conflictiva que nos ha caracterizado, la imposición de costumbres llegada desde el viejo continente, las disputas territoriales, las guerras sin sentido, los asesinatos de líderes políticos y sociales, el nacimiento de las guerrillas, el frente nacional, el narcoterrorismo de los años 90, al imposición de políticas extranjeras y la globalización entre otros; toda una serie de hechos y transformaciones significativas que han hecho de la escuela no un accionar para aliviar y valga la redundancia transformar las estructuras y actores sociales, sino que ha sido prácticamente un títere que se mueve por medio de unos hilos invisibles.

Se puede decir por ejemplo, que en los años 60 ese pensamiento estudiantil que veía en esos aires revolucionarios llegados desde la lejanía la excusa perfecta para generar cambios en nuestra sociedad, fue callado con represión a partir del frente nacional, el cuál castró durante casi dos décadas por completo la democracia y llevó al país a adaptar un sistema único de gobernabilidad en el que las multitudes tenían que atenerse a lo que el ejecutivo imponía sin oportunidad a visiones de cambio y participación ciudadana.

Y cuando parecía que la democracia regresaba a pesar de los escándalos de corrupción y manipulación de elecciones llegó el narcoterrorismo, aquel cáncer que tocó y ha tocado a la juventud que empezó a ver como cargar un arma, andar en moto y hacer daño a los demás era mucho más fácil y rentable que ir a la escuela.

Y qué decir de la iglesia y el Estado que durante décadas establecieron e impusieron todos los parámetros educativos, y hoy en día tras su decadencia se ven incapaces de controlar la voraz y aplastante influencia del mercado y la publicidad, factores patrocinados por las grandes mulnacionales que se han tomado el mundo.

A todo esto se le suma como dije anteriormente la llegada de sistemas extranjeros a nuestra cultura, sin hacer el esfuerzo de instaurar políticas propias aterrizadas a nuestro contexto nacional, lo que ha provocado un desequilibrio en los procesos de desarrollo social, político, educativo y económico.

Sin obedecer a cambios y transiciones normales, lo que deja sin lugar a dudas procesos cortados y espacios de desarrollo anulados y olvidados. De esto vemos hoy en día el resultado una población con altísimos índices de pobreza, analfabetismo, desempleo y una marcada diferencia entre ricos y pobres.

Si bien debo citar un párrafo de la lectura: Cultura Escolar Mediática y Cultura Intercepciones, muy descriptivo de nuestra realidad, “Más aún, sería atinado afirmar que, en general, las mayorías populares latinoamericanas han tenido acceso a la modernidad sin haber atravesado un proceso de modernización económica y sin haber dejado del todo la cultura oral”.

Tenemos de esto un gran ejemplo en la Internet, que sin haber si quiera equipado las instituciones educativas y los hogares y sin haber comprendido aún la magnitud y utilización de un computador y sus respectivos programas, llegó esta red la cuál se ha utilizado más como entretenimiento que como una real herramienta para la educación y el desarrollo social de la población.

Entonces es allí donde se inician los problemas de una educación decadente, la falta de vivir los procesos, la costumbre de volver la educación una colcha de retazos.

Decía mi abuela, “ya no recuerdo cuantos retazos le he pegado”, entre mí pensaba: “no creo que esa colcha resista mucho, el frío de la noche es muy fuerte, el hilo se desgasta muy fácil y el tiempo no pasa en vano”

De esta manera como lo dice la lectura Cultura Escolar Mediática y Cultura Intercepciones, la estrategia liberal del siglo XIX que inspiraba cambios como los de libertad, preparación para vivir procesos adecuados a la “ revolución científico – técnica”, la construcción de una República civilizada, aunque se le atribuye el despertar ese pensamiento de cambio, de nación de libertad, no ha tenido un sentido de acción plena, ya que el individuo no ha sabido asimilar ese rol de ciudadano y ha dejado toda su esperanza puesta solamente en unas elecciones presidenciales.
Sin ser conciente que otros espacios como el de la escuela son ficha clave para generar un verdadero cambio, estamos encerrados en nuestro propio paradigma de dejárselo todo a una persona, a un líder, ese Dios que nos va a sacar toda crisis.

Por tal razón no generamos verdaderos procesos hasta que un supuesto líder esté guiándonos y decidiendo por nosotros, todavía no hemos entendido que a partir de que nosotros como ciudadanos debemos exigir y aportar.

Que debemos exigir una educación de calidad que le dé a nuestros niños y jóvenes la capacidad suficiente para construir un país digno para vivir.

De esta manera la estrategia comunal se acerca más al contexto latinoamericano que pide más un reconocimiento de la relación entre educación, política y cultura.

Según Taborda los principios pedagógicos deben deducirse del hecho educativo, y no de la doctrina política liberal de la igualdad, y se enfatiza en que los partidos políticos han sido incapaces de cumplir sus funciones en base a los problemas que aquejan a la comunidad; por esta razón la necesidad de que la escuela como tal logre tomar la iniciativa de transformar los modelos educativos y encaminar a las nuevas generaciones a un verdadero proceso de desarrollo.

De esta manera se consigue desarrollar una educación más allegada a la comunidad, atendiendo a sus necesidades, y generando constantemente una interrelación con los directamente implicados que son los que la reciben y se benefician de ella.

Pero allí juega un papel muy fundamental los medios, ya sean de comunicación o de información, y ya como se ha hablado y debatido en clase, éstos tienen una gran responsabilidad con la sociedad, han influido para bien y para mal a través de la historia de la humanidad; y más allá de volver a decir lo mismo: que los medios no enseñan, que quieren solamente llenarse de dinero, creo que debe haber una solución.

Partiendo de allí debemos tener en cuenta que los dos canales de cubrimiento nacional se dedican solamente al entretenimiento, lo que se debe hacer es construir una cultura regional, pero no de regionalismo o rivalidad, sino en cuanto a los medios locales.

A hacer de estos medios, parte de la cotidianidad y de la construcción entre todos, que no sea lo que viene de los grandes medios solamente la verdad sino que estos espacios se conviertan en toda una alternativa, esa alternativa que necesitan las amas de casa, los constructores, los estudiantes, los conductores, en fin un sinnúmero de personas que también tienen voz y que esos grandes medios hacen constantemente a un lado.

Una vez los gringos de arriba se le burlaron a mi abuela de su colcha, ¿será que aún así, ella se seguirá resistiendo al cambio?

De esta forma se debe entonces tener en cuenta la gran responsabilidad que tiene la escuela para tomar y aprovechar aquellos espacios didácticos y que llaman la atención de los niños y jóvenes, y como lo dice el texto que éstos se la pasan más tiempo al frente del televisor que en una escuela, pues mirémoslo desde otra perspectiva, rompamos paradigmas y utilicemos esto que parece dañino como una herramienta para educar.

Es más, me parece que con esto tenemos otra prueba más de que lo que nos preocupa más es la cantidad que la calidad, así como sucede constantemente con las reformas educativas, aumentando el horario de clases sin ponerle mucha atención a la calidad, desgastando más la labor de los educadores por el mismo pago, y generando descontento e inconformismo.

En “La cultura escolar y la cultura mediática”, me parece indispensable citar este párrafo: “En este sentido, la cultura escolar es una forma de producción, transmisión y reproducción que tiende a la organización racional de la vida social cotidiana”, de allí que esa cultura escolar sea un todo en la vida de un individuo y por ende debe haber una necesaria interrelación con todos los elementos de su entorno.

Por esta razón creo que se debe construir un modelo que conecte e interrelacione las diferentes estructuras de la sociedad como lo son la comunidad, la escuela, los medios y el Estado.

Una alternativa podría ser el enfoque sistémico, de esta manera se pueden realizar grandes cosas ya que allí se genera esa interrelación, e involucra desde el padre del niño hasta los estamentos más altos que son los que dictaminan las leyes y reformas educativas, desde allí se podrían escuchar las necesidades de los estudiantes, se involucraría a los medios, las nuevas tecnologías, los educadores, el barrio, el país, el mundo.

Se construiría desde la escuela: ciudadanía, y se concientizaría a la sociedad y a cada individuo que la compone sobre las responsabilidades que debe cumplir.

Quizás a esa colcha ella ya está acostumbrada, pero abuela, ya no más retazos, es hora de cambiarla.
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