En Glenwood Springs, Colorado, habitantes sorprendidos vieron como un oso caminaba por el vecindario con un bote en la cabeza.
Jim Hawkins, un habitante de la zona, le lanzó un lazó al oso y forcejeó con él por un momento para poder ayudarlo, pero sin mayor fortuna. Finalmente autoridades ambientales llegaron al lugar, sedaron el oso y cortaron el bote de plástico, que al parecer era de frituras de queso.
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