Bajando y bajando varios kilómetros desde la fría Bogotá, unas tres horas nos separan de Peña Negra, una pequeña vereda, que en su estrecha llegada nos va conduciendo a una tierra calurosa, tranquila y acogedora.
Recorriendo los primeros tramos del viaje hay que aguantar primero el intenso frío que se siente hasta en los huesos; el pueblo llamado Zipacón, se colma de niebla y embellece aún más los amplios paisajes llenos de montañas, además su estilo colonial nos hace volver en el tiempo.
De allí el descenso es constante, hasta llegar a Cachipay, un municipio ubicado a 50 kms de Bogotá; la agricultura, un clima templado y un ferrocarril abandonado, son algunas de las características de esta población.
Finalmente hay que seguir descendiendo por una ruta estrecha, amenizada por el sonido del río Bahamón, el cantar de los pájaros y el clima cálido invitan a un buen descanso y un gran momento en familia.
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Geovanny Orjuela
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