“¿Quién me va a curar el corazón partío?, ¿quién llenará de primaveras este enero… Y bajará la luna para que juguemos?…” Hoy me he despertado yo cantando esta maravillosa canción de Alejandro Sanz, que se ajusta al pie de la letra mi estado emocional desde hace ni se sabe la de tiempo, y es que ayer no me perdí la entrevista que le hicieron en Viajando con Chester. “Es una mujer divina. Es una mujer especial y a mí me ha enseñado muchísimo y espero que me siga enseñando durante muchísimo tiempo”, dijo sobre Raquel Perera, su afortunada esposa. “¿El resto de tu vida?”, le preguntó Pepa Bueno. “Por qué no, claro que sí”.
Ésa fue la parte más romántica de una entrevista que no tuvo desperdicio y en la que el cantante se soltó la lengua todo lo que quiso. Y es que Pepa Bueno (qué lista es) hurgó en la herida de los extorsionadores del cantante, esos empleados que un día le dijeron: “O me das medio millón de dólares o sacamos a la luz tu acuerdo de separación y las fotos que hemos cogido de tu computadora”
Sintiéndose vulnerable, pero valiente e inconmovible, Alejandro Sanz le respondió al chantajista en aquel momento:
“Va a ser que no. Esta pelea la empiezas tú pero yo te voy a decir cuando se va a acabar”. Él siempre lo ha tenido claro: “Me han intentado chantajear un par de veces y nunca he entrado. Siempre lo he tenido claro”. Finalmente ganó el juicio, como bien sabéis, pero lo que pasó sólo lo sabe él y aún no lo ha olvidado. Y es que atención a lo que contó ayer en el programa: “No me puedes llamar pardillo (Pepa le preguntó si se consideraba confiado o pardillo) porque eran unos hijos de puta. Eran malas personas. La mujer de este tipo me ponía unas pastillas para dormir… Me hacía unas cremitas por la noche, me ponía una sonrisita y me ponía unas pastillas para dormir. Yo recuerdo que me despertaba a las seis de la tarde…”
Sin embargo, el cantante asegura que no por aquella horrible experiencia va a dejar de confiar en las personas. “Nadie me va a enseñar a desconfiar. Eran gente que trabajaba conmigo desde hace mucho tiempo y yo pensaba que eran casi como de la familia. Tenía una gran confianza. Pero hay una cosa que tengo clara. Voy a seguir confiando en la gente. Prefiero confiar y equivocarme a tener que vivir todo el día con la espada y con el miedo. No quiero vivir con ese miedo constante.”
Se puso tierno y melosón al hablar de sus cuatro hijos: Manuela, Alexander, Dylan y Alma (por este orden). De tres mujeres diferentes, sólo vive con dos de ellos, Alma y Dylan. Manuela vive en Verona y Alexander en Miami. “Me reproduzco por aspersión”, bromeó el cantante, que dijo que los reúne siempre que puede. “Le doy gracias a Dios por mis cuatro hijos. Y no me arrepiento de nada. La vida que me dan…”.
“Para el primer novio de Manuela tengo preparado un batín balinés muy cortito”, bromeó pelín machistamente, pero se lo perdonamos, pues en la entrevista fue generoso y estuvo sincero y mostró su humanidad. “Yo haré todo lo posible para que hagan una vida normal. Que tengan una gran educación. Y darles todas las herramientas posibles para que el día de mañana sean buenas personas y sean felices”.
Vía 20minutos.es
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