El próximo jueves, tras el fin de las presiones de los conservadores que han intentado frenar la propuesta, la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC por sus siglas en inglés) podría someter a votación una polémica propuesta sobre el uso de la red. Lo que se conoce como Net Neutrality o Neutralidad en la Red favorece un marco normativo que garantice que el contenido en la red será distribuido por igual y sin diferencias. Un hecho que tira por tierra las intenciones de muchos proveedores de Internet de crear "autopistas" que garanticen el acceso más rápido a los contenidos a aquellos usuarios que paguen más por estos servicios.



Sin embargo, grupos de consumidores y compañías como Netflix, entre otros, han presionado al gobierno estadounidense para que garanticen que los intereses de compañías de telecomunicaciones y operadoras de cable no consigan hacer de Internet un servicio al que sólo los que más paguen puedan tener un mayor y rápido acceso. El presidente de EEUU, Barack Obama, sorprendió a más de uno, especialmente a los capitanes de las grandes telecos del país, al tomar cartas en el asunto apoyando la neutralidad en la red y pidiendo al presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones, Tom Wheeler, que se encargase de orquestar un marco regulatorio que proteja al consumidor.

"Básicamente se quiere regular Internet como si fuera un servicio público", explica a elEconomista, Lauren Elkin, directora de Nasdaq Advisory Services. "El problema es que parte de la regulación que se votará el jueves está obsoleta ya que fue originada a comienzos de los años 30", explica. Cierto es que el objetivo de la FCC es regular a los proveedores de Internet como una utility, es decir, como por ejemplo se regula a los servicios telefónicos.

Algunas de las compañías que podrían verse más afectadas por este asunto, como AT&T, Comcast o Verizon han plantado cara a las intenciones de Wheeler gastando más de 44,2 millones de dólares en lobbies que traten de detener la implantación de este tipo de normas. Por otro lado, gigantes de Silicon Valley como Google o Facebook han defendido a través de sus grupos de presión (The Internet Association) la regulación que garantice la red distribuirá su contenido de forma igualitaria y sin bloquear a ninguno de los participantes.

Dicho esto, todavía "existe mucha incertidumbre" señala Elkin, dado que el estatuto conocido como Título II, actualmente utilizado para regular un servicio público como los servicios telefónicos, será el que también incluya a la red. Recordemos que los proveedores de banda ancha como Comcast o AT&T buscaban acuerdos con determinados pesos pesados de la industria como YouTube a los que querían cobrar más por garantizar un servicio más rápido que el que ofrecen o se pueden permitir otros competidores más pequeños como Vimeo. La implantación de una regulación como la que se debate en estos momentos evitaría este tipo de prácticas.

Aún así, el desarrollo de la normativa podría tardar mucho en llegar incluso si Wheeler consigue que la propuesta para garantizar la neutralidad en la red sea aprobada por la FCC el próximo jueves. Es por ello que las compañías de telecomunicaciones no han sufrido en sus cotizaciones el posible impacto de una regulación mucho más severa.

Entre los propios consumidores este tipo de normativas no es tampoco demasiado popular. Un sondeo elaborado por Hart Research Associates apunta que el 53 por ciento de los encuestados cree que los planes de la FCC de regular a los proveedores de servicios de Internet como "un servicio monopolístico telefónico" será dañino para la red. Muchos consideran que los proveedores de Internet dejarán de costear las mejoras de infraestructura de la red si la nueva regulación limita sus beneficios, un hecho que a la larga podría pasar factura a los consumidores.

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