Parece que el sol se ve más radiante, parece que los que salieron de bogotá se llevaron la nube de lluvia detrás y, es que ahora se respira más aire limpio, el ruido ha disminuido y las calles se ven despejadas.



Ese ambiente de paz se siente en la capital en las fiestas decembrinas y empezando el nuevo año. ¿Qué puedo decir?, “no regresen por favor”.


Ya dan más ganas de caminar por la ciudad, admirar los bellos cerros y las imponentes construcciones, y si es con una buena compañía mucho mejor.

Mi linda Bogotá es sinónimo de paz y tranquilidad, su cielo se ve más grande, los colegios aún se niegan a albergar la algarabía, hasta la residencia de la injusticia ha entrado en paro para entrar en un tenue limbo de pasividad.



Finalmente estaremos libres por pocos instantes del estrés, los trancones interminables, las traumáticas filas, etc. Larga vida a esta Bogotá vacía.

Por Geovanny Orjuela


Curiosidades del mundo

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