Las sentencias judiciales están para cumplirlas aunque haya algunos que no entren a la cárcel ni a empujones. Pero el caso de esta mujer británica es para enmarcar, su ‘delito': gritar de placer y hacer un ruido excesivo durante los ‘juegos de cama’ con su marido. Ella no entiende el sexo sin dar rienda suelta a sus cuerdas vocales.
En 2010, un juez prohibió a Caroline Cartwright, de 53 años, practicar sexo ruidoso durante cuatro años. Tenía que transformarse en muda cada vez que tenía relaciones con su esposo. La razón de la orden judicial: los vecinos no podían soportarla.
Las visitas de los agentes del orden al domicilio de la pareja eran continuas. Me imagino a los uniformados llamando a la puerta y pidiendo silencio a los amantes.
Ahora Cartwright, ha vuelto a saltar a los medios de medio mundo porque se ha incumplido 30 veces la orden de silencio y ha pasado las últimas doce semanas en libertad vigilada (y se enfrenta a una ampliación de ‘condena’). La han dejado relacionarse con su marido pero con mucho sigilo.
“No entiendo por qué la gente me pide que guarde silencio cuando para mí es una situación normal“, dijo la mujer durante su última comparecencia ante el juez.
Vía 20minutos.es
0 comentarios:
Publicar un comentario