Que los celos son malos consejeros, todos lo sabemos. Pero la sospecha de que te hayan dejado por otr@ puede llevarte a cometer auténticas locuras. Este puede ser el caso de Genoveva Núñez-Figueroa, una joven de 28 años residente en Thousand Oaks (California), que nerviosa por conocer si su exnovio tenía una nueva pareja, se le ocurrió la genial idea de introducirse por la chimenea de su casa para espiar que hacía.
Con nocturnidad y alevosía (o casi), acudió a la vivienda unifamiliar de Lawrence Fernández (su ‘ex’) con el deseo imperioso de saber. Al ver que no podía colarse por ninguna ventana y que las puertas estaban bien cerradas, cortó por lo sano. Como poseída por el espíritu de Papá Noel, escaló al tejado y se metió por la chimenea. El plan aparentemente perfecto se transformó en pocos minutos en una pesadilla, ya que quedó atrapada sin posibilidad de subir o bajar por el estrecho hueco.
Menos mal que su ángel de la guarda debía estar haciendo horas extras y un vecino escuchó unos ruidos extraños en el tejado, porque de no ser así podía haber muerto asfixiada. El caso es que el hombre, alarmado, avisó a Fernández que no se encontraba en ese momento en la casa. El ‘novio espiado’ acudió rápidamente a su domicilio y se encontró con el pastel: un suculento ‘emparedado’
Lawrence llamó a los servicios de emergencia, que mandaron inmediatamente un equipo de bomberos, al considerar que la vida de Genoveva podía estar en peligro. Después de dos horas de duro trabajo y de demoler parte de la chimenea, la muchacha fue por fin liberada.
Tras el sonrojante incidente, la joven fue trasladada al hospital, y después de comprobar el equipo médico que solo tenía unas cuantos rasguños, la policía se la llevó detenida.
Además de la vergüenza y de haber quedado retratada en su barrio como una cotilla, Genoveva se enfrenta a dos delitos: allanamiento de morada y acoso.
Y como si esto no fuera suficiente escarnio, la chica se enteró de que su ‘ex’ estaba solito con sus ilusiones. ¿No hubiera sido más fácil preguntarle?
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