Camareros del gastrobar Gin&Friends de Barcelona lograron reproducir ayer el caldo primigenio que dio origen a las primeras formas de vida en la Tierra hace millones de años.
El suceso tuvo lugar de forma accidental mientras el personal del establecimiento mezclaba varios tipos de ginebra y especies aromáticas. “El cliente no se decidía por ninguna variedad de gintónic, así que nos pidió que mezcláramos distintos ingredientes en una sola copa de balón. Jugamos a ser Dios”, admite uno de los empleados.
Justo cuando la ginebra “Cucumber Elderflower” y la tónica “Fentimans” con moléculas de cardamomo se estaban vertiendo en la copa recién calentada con un soplete para crear un aroma ligeramente tostado, la propia clientela se dio cuenta de que algo raro estaba ocurriendo.
“De repente, ¿no?, o sea, veo que empieza a salir humo del vaso y digo: Tía, qué fuerte esto, o sea, ¿soy yo o los ribozimas están catalizando la unión de nucleótidos para originar cortos oligonucleótidos? Y me dice Isa que sí, que también lo está viendo, que se está formando ARN. Y nos miramos como diciendo ‘Qué fuerrrte’ y nos hacemos un ‘selfie’ con el gin y lo subimos y veintitrés ‘Me gusta’ en dos minutos con la peña alucinando a saco, rollo de no creérselo”, explica una clienta.
A los pocos minutos, el “twist” de limón ya había empezado a reproducirse por esporas, aumentando las posibilidades de que se formaran otros gintónics prebióticos.
A las 2:56 de la madrugada, poco antes de que el personal del local pudiera reaccionar ante lo que estaba pasando, el cliente empezó a beberse el combinado que le habían servido. “Y va Borja y se lo bebe, y yo le digo: ‘¿Pero qué haces, tío? Que la vida es sagrada’. Y él pasandito, diciendo que no quería esperar a que salieran renacuajos”, asegura la clienta.
Tras la ingesta del caldo primigenio, los camareros intentaron recordar la mezcla original pero fueron incapaces de reproducir las mismas condiciones para engendrar vida.
“El tema del gintónic se nos está yendo de las manos y urge la creación de un comité de expertos que regule estas prácticas valorando todas las implicaciones éticas y científicas”, ha declarado hoy Jürgen Mildred, alcohólico experto en bioética.
“En 1948, la Asociación Médica Mundial tuvo que redactar la Declaración de Ginebra para evitar abusos. Creemos que es necesario ahora actualizar estos principios en una nueva Declaración de Ginebra y Tónica”, insiste Mildred.
Vía elmundotoday.com
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