Cuando de publicidad se trata es muy aconsejable recurrir a recursos artísticos poco utilizados pero eficientes. Uno de los mejores ejemplos está compuesto por las caricaturas. Esas obras de arte tan conocidas por su gracia y peculiar forma de contar historias.
Fuente: solomarketing.es
Todavía me pregunto, ¿por qué no son tan utilizadas en la publicidad actual? Quizás por su relación con la propaganda o con el humor. ¿Y qué hay de malo en sacarle una sonrisa al receptor? ¡Nada! Los empresarios a menudo piensan que hay que mostrar mensajes directos y corporativos y esto no es así. La eficacia de un mensaje reside en su simplicidad, ingenuidad, genialidad y propósito.
De modo que, cuanto mejor se camufle un mensaje corporativo, mejores resultados obtendremos. Hace mucho que se descartó la teoría de la aguja hipodérmica y que las compañías saben lo inteligentes que son sus consumidores.
Cuando pensamos en el receptor debemos ver claramente un individuo capaz de gestionar correctamente su tiempo libre, alguien que no consume información si no es por su propio interés. Es cierto, nos hemos vuelto más selectivos y egoístas, todo ello resultado de nuestras ajetreadas vidas.
En definitiva, es ahora el momento de recurrir a las caricaturas. En caso contrario, corres el riesgo de que otros lo hagan antes que tú y pierdas una oportunidad espectacular. Además, como sabrás por experiencia propia, una vez que los medios se saturan con estrategias de este tipo, su eficiencia disminuye. ¡No esperes a que sea demasiado tarde y adéntrate en el mundo creativo!
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