Por Geovanny Orjuela
Esta historia que se ha
convertido en leyenda sucedió en una población de Venezuela y la protagoniza un
Alemán que emigró a tierras americanas en 1.840, según dicen algunos
historiadores como invitado como miembro de la colonia alemana y según otros
como exiliado político.
A La Guaira llega su esposa y
poco después se trasladan a una hacienda lejos de la civilización y rodeada de
vegetación, allí comenzaría a realizar sus experimentos científicos.
¿Curiosidad científica o culto a
la muerte?
Knoche comenzó a realizar ensayos
con cadáveres con una fórmula la cual lograba convertirlos en momias sin
necesidad de extraer sus órganos vitales, esto lo hizo con personajes conocidos
como Francisco Linares Alcántara, presidente constitucional de Venezuela, así
como al periodista y político Tomás Lander.
También fueron parte de su
experimento su hija Anna, su yerno Heinrich y su hermano Wilhelm, quienes
fueron colocados en el mausoleo familiar.
Esta estructura fue custodiada
por varios años por el soldado de la federación José Pérez, quien murió en la
guerra de Federación a causa de una neumonía y fue embalsamado por el Dr.
Knoche para ser colocado a la entrada del mausoleo junto con unos perros,
también momificados.
Quién se salvó de sus
experimentos fue su esposa, que quizá por cuestiones de salud regresa a
Alemania para fallecer en una fecha desconocida.
Amelia Weimann fue testigo de la
muerte de Knoche, quien fallece a la edad de 88 años y deja instrucciones a la
mujer para que inyecte su fórmula secreta en su cuerpo y sea ubicado junto a su
familia en el mausoleo.
En medio de la soledad Amelia
vivió por mucho tiempo en medio de recuerdos de la familia Knoche, se dice que
hablaba con los pajaritos en la hora del Ángelus, finalmente muere en 1.926 a
sus 88 años.
Dice la leyenda que fue llamada
como la bruja del Ávila y que su alma anda penando en los alrededores de la
hacienda.
También se dice que los cuerpos
que no eran reclamados en la morgue del hospital San Juan de Dios eran
transportados en una mula hasta la hacienda Bella Vista, cuentan que en una
ocasión se cayó la cabeza de un cadáver y su cuerpo nunca fue encontrado.
Tras la muerte de Amelia en una
noche macabra los saqueadores llegan a la hacienda Bella Vista y encuentran un
sinnúmero de cadáveres momificados, entre ellos el del Dr. Knoche que se
encontraba sentado en el sillón de su despacho.
Estudiantes de medicina también
han entrado en la vivienda intentando encontrar la fórmula, pero sin ningún
resultado.
Hoy en día dicha estructura está
en ruinas, carcomida por el paso del tiempo y la vegetación.
Cuentan que en la hacienda aún
rondan los espíritus de los cadáveres momificados, entre ellos el del ‘científico
loco’ o ‘Frankenstein del Caribe’ el macabro Dr. Knoche.
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