La voz de la profesora Idalia Hernández Ramos se escucha angustiada al otro lado de la línea: “estoy en medio de una tormenta”, dice, haciendo referencia a ‘Manuel’ e ‘Ingrid’, tormentas tropicales que azotan a México en estos días. Y no solo atraviesa por esa, sino que vive una mucho más intensa desde que se publicó un video en ‘Youtube’ en el que aparece dando una clase de respeto para los demás en las redes sociales y en el que finalmente les da una lección a dos de sus alumnos.
Fuente: eltiempo.com
Desde entonces, la contadora y maestra en el colegio Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTIS 103) de Ciudad Madero, en el Estado de Tamaulipas, México, no ha tenido días tranquilos.
El inicio de la tempestad para la maestra empezó el jueves 22 de agosto cuando su estudiante Marina publicó un tuit que decía: "vist lo k m hizo la vieja esa de mierda idalia??, pero m las ba a pagar la maldita perra ojala renunsie de la scool" (sic), mensaje que fue retuiteado por Grimaldo, otro de los estudiantes del salón.
Idalia, al ver que pasó el fin de semana y la estudiante no borró esa publicación, tomó la decisión de hablar con el grupo completo de estudiantes, el lunes 26 de agosto, en donde orienta la materia Técnicos especialistas en recursos humanos. Luego, decidió también grabar con su propio iPad la clase y permitir que los demás estudiantes lo hicieran con sus dispositivos, pues para ella sería el testimonio de que Marina aceptaba abiertamente la agresión.
Pero esta terminó siendo el arma de doble filo que la tiene en la mira, sin la posibilidad de dar clases de nuevo y con amenazas, hasta de muerte, según les ha dicho a medios mexicanos, pues el video, que ella no subió ni autorizó a subir, tuvo miles de vistas, y todo tipo de reacciones: desde ser tendencia en Twitter con el hashtag #MeOfendoComoLaMaestraDelCBTIS, en el que hay burlas, memes y posiciones a favor y en contra de la una y de la otra, hasta la expulsión del colegio de Marina, la alumna autora de la publicación.
Que no era la forma de hablarle, que la maestra tiene la razón y puso a la alumna en su lugar, o que la maestra no debió decirle a Marina que la iba a denunciar, son los cientos de argumentos en portales, programas de opinión y en redes, que siguen siendo tema de debate.
Hoy, unos 20 días después de lo sucedido, la maestra Idalia no quiere dar más entrevistas, pues asegura que “quiere conservar su trabajo” y que si Marina fue expulsada del CBTIS 103 no fue por su culpa, sino de la estudiante, porque “en el reglamento que ella misma firmó a su ingreso, se encuentra pactado que la agresión entre alumnos hacia docentes y hacia las autoridades, puede causar esta sanción”.
Sostiene que tuvo que ser firme y persuasiva porque se le ofendió de manera vil y que, como lo expuso en su clase, se "malentiende el uso de las redes sociales", pues aunque existe la posibilidad de expresarse libremente, eso no significa que existan agresiones ni violencia por medio de ellas.
Algo con lo que está de acuerdo Anabella Martínez, sicóloga y directora del Centro para la Excelencia Docente de la Universidad del Norte, quien argumenta que por el hecho de ser redes sociales no se justifica un trato diferente o agresivo. Por el contrario, debe ser el mismo como el que se tiene con una persona cara a cara.
“Yo personalmente creo que no es que se trate de normas de etiqueta especial, sino que tengamos un poco de sentido común y tengamos un nivel de educación y de formalidad para tratar a los demás en estos medios. Hay que tener la misma prudencia y la misma cautela en la manera como se muestra uno mismo y la manera como se trata a los demás en estas redes”, argumenta Martínez.
En lo que sí disiente esta experta con doctorado en educación universitaria, es en la forma como la maestra Idalia corrigió a sus estudiantes. "Si bien está en todo su derecho de sentirse herida y sentirse insultada, la manera que ella escogió para abordar esa situación con la estudiante no es la adecuada, ni sicológicamente, ni pedagógicamente".
Para Martínez, Idalia debió mirar cuáles son los parámetros de la institución para abordar ese tipo de casos, pues todo establecimiento educativo, sin importar si es de educación básica, secundaria o universitaria, cuenta con este tipo de conductos a seguir. Por otro lado, debió llamar a Marina por aparte, al igual que a Grimaldo, y en último caso, ponerlos a hacer una reflexión sobre lo que hicieron. “Eso es a la larga lo que queremos en la educación, que los estudiantes sean capaces de reflexionar, de pensar y de cambiar”, dice Martínez.
Pero, ¿podría cambiar Marina?, ¿podrían los estudiantes asumir una nueva posición sobre los usos de las redes sociales? Al parecer, para esta profesora en medio de la tormenta, no, porque como asegura, esta no fue la primera vez que ella o un docente de la misma institución, incluso los estudiantes, habían sido agredidos por estos medios.
“No era la primera vez que insultaban y denigraban a un profesor en la institución, no era la primera vez que había bullying entre los mismos alumnos, no era la primera vez que se me insultaba por ello”, afirmó a medios mexicanos Idalia.
Por lo que esta situación, más allá de ser un tema muy visto en Internet y que genera polémica, abre la puerta para profundos debates en los que vale la pena analizar el uso de las redes sociales para cualquier persona, como puntualizó Martínez: "lo que pienso es que como educadores, tenemos que pensar muy bien cuál es el propósito de utilizar las redes sociales en nuestros contextos académicos, para así mismo haya un mejor uso de las mismas en el presente y en el futuro".
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