Laetitia es una estudiante francesa de 19 años que estos días ha tenido que presentarse a las pruebas de Bachiller –la selectividad francesa- para poder acceder a la universidad. Al igual que en España, los estudiantes se juegan mucho y cuando las grandes empolladas no son suficientes para poder sacar la mejor nota y elegir la carrera deseada, las trampas saltan al terreno de juego.
Fuente: blogs.lainformacion.com
Como todas las madres, la de Laetitia, quiso que su hija sacara las mejores notas, así que se calzó unas Converse, unos vaqueros ajustados, se embadurnó de maquillaje y se presentó al examen de Inglés en lugar de su hija.
El examen se realizó en el centro privado Bossuet-Notre-Dame de París, donde se juntaron estudiantes de varios institutos, como sucede en España. Además, a la prueba también se suelen presentar adultos, de modo que Caroline, de 52 años, pasó desapercibida entre la multitud. Se coló en la sala como una más y se puso manos a la obra con el examen
Parecía el plan perfecto, de no ser porque uno de los vigilantes del examen encargado de ir verificando los documentos de identidad de cada alumno cazó a la impostora, pues recordaba a su hija, a quién supervisó dos días antes en el examen de Filosofía. El vigilante de inmediato se lo notificó al director del centro, dejando a Caroline terminar “su” examen de tres horas para no molestar al resto de estudiantes.
Dos horas después, el vigilante invitó a Caroline a dejar la sala. Ésta hizo caso sin rechistar, y a la salida se encontró con cuatro policías de paisano que la esperaban para llevársela. Todo se arregló sin percance alguno y “el resto de los 20 estudiantes ni se enteraron de lo sucedido”, relata a Le Parisien uno de los representantes del centro.
La madre enseguida reconoció haberse hecho pasar por su hija, que ahora se puede enfrentar a una sanción de varios años sin poder presentarse al examen.
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