A no ser que fueras el típico cerebrito, todos alguna vez nos hemos llevado una bronca o un castigo por sacar mala nota en esa asignatura que no tragábamos o en las odiadas matemáticas (sí, fui uno de esos a los que las mates le provocaban dolor de tripa). Lo que ya se pasa de castaño oscuro es que un padre, por muy cabreado y fastidiado que esté, amenace a su hija con un fusil de asalto por no haber sacado más sobresalientes en sus calificaciones escolares.
Fuente: blogs.20minutos.es
El enajenado progenitor, por usar un calificativo políticamente correcto, es Kirill Bartashevitch que no dudó en apuntar a la cabeza de su retoña de 15 años con su rifle AK-47. No quiero imaginarme la cara de pánico que debió poner la pobre chica, más si cabe cuando “las notas que trajo a casa eran francamente buenas“, según declaró la madre de la joven a la policía.
En el atestado policial también se indica, que alarmada por los gritos, la señora Bartashevitch acudió rápidamente a la sala de estar del domicilio familiar, situado en Saint Paul (Minnesota), y tuvo el tiempo justo para interponerse entre su marido y su hija. Tras varios minutos de tensa conversación, logró por fin que su esposo bajara el arma. A renglón seguido, llamó a la oficina del sheriff, y los agentes detuvieron al señor Bartashevitch tras confirmar todo lo sucedido.
Ahora, el cabeza de familia se encuentra en prisión provisional a espera de juicio. El magistrado de su caso ha fijado una fianza de 20.000 dólares y se puede enfrentar a una condena de hasta cinco años de cárcel.
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