A no ser que fueras el tĂ­pico cerebrito, todos alguna vez nos hemos llevado una bronca o un castigo por sacar mala nota en esa asignatura que no tragĂ¡bamos o en las odiadas matemĂ¡ticas (sĂ­, fui uno de esos a los que las mates le provocaban dolor de tripa). Lo que ya se pasa de castaño oscuro es que un padre, por muy cabreado y fastidiado que estĂ©, amenace a su hija con un fusil de asalto por no haber sacado mĂ¡s sobresalientes en sus calificaciones escolares.
El enajenado progenitor, por usar un calificativo polĂ­ticamente correcto, es Kirill Bartashevitch que no dudĂ³ en apuntar a la cabeza de su retoña de 15 años con su rifle AK-47. No quiero imaginarme la cara de pĂ¡nico que debiĂ³ poner la pobre chica, mĂ¡s si cabe cuando “las notas que trajo a casa eran francamente buenas“, segĂºn declarĂ³ la madre de la joven a la policĂ­a.

En el atestado policial tambiĂ©n se indica, que alarmada por los gritos, la señora Bartashevitch acudiĂ³ rĂ¡pidamente a la sala de estar del domicilio familiar, situado en Saint Paul (Minnesota), y tuvo el tiempo justo para interponerse entre su marido y su hija. Tras varios minutos de tensa conversaciĂ³n, logrĂ³ por fin que su esposo bajara el arma. A renglĂ³n seguido, llamĂ³ a la oficina del sheriff, y los agentes detuvieron al señor Bartashevitch tras confirmar todo lo sucedido.

Ahora, el cabeza de familia se encuentra en prisiĂ³n provisional a espera de juicio. El magistrado de su caso ha fijado una fianza de 20.000 dĂ³lares y se puede enfrentar a una condena de hasta cinco años de cĂ¡rcel.


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