Si bebes algo con azúcar, entonces visualmente te cundirá más si el vaso es alto y delgado que ancho y chato. Beberás un 25-30% menos. Brian Wansink comprobó que las señales visuales pueden engañarnos a consumir más o menos. En sus estudios en la Universidad de Cornell encontró todo tipo de personas consumieron más en un vaso corto y ancho, incluso los camareros con experiencia.
Fuente: xatakaciencia.com



Algo parecido sucede con el alcohol. Según investigadores de la Escuela de Psicología Experimental de Bristol, si el vaso es más ancho de arriba que de abajo, entonces tendemos a beber más deprisa que si el vaso es de tubo, o sea, uniforme.

La razón, según los investigadores, estriba en que una forma de vaso irregular impide que calculemos bien lo que llevamos bebido.

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