Existen incluso los vegetarianos a tiempo parcial, un fenómeno que cobra vigencia en países como Alemania y que acabo de descubrir que una amiga que vive allí está practicando. Consiste en limitar el consumo de carne, que en nuestra sociedad es a todas luces excesivo y por tanto atenta contra nuestra salud, contamina el planeta (la ganadería es más contaminante que los coches) y genera la muerte y el sufrimiento de millones de animales sin necesidad, ingiriéndola solo los fines de semana.
Si todos redujéramos nuestro consumo de carne estaríamos más sanos y ayudaríamos mucho la planeta. Estoy de acuerdo que lo natural para el ser humano, que es omnívoro, es comer carne. Pero poca, muchísima menos de la que tomamos.
Yo no descarto acabar siendo completamente vegetariana. Ya sabes eso de que nunca se puede decir de ese agua no beberé (el tercer refrán del que tiro en el post, voy a tener con contenerme). Y estoy descubriendo que cuanta menos carne como, menos me pide el cuerpo. Lo que sí me está pasando es que gradualmente me he ido creando una especie de vegetarianismo a medida, que yo llamo vegetarianismo flexible.
En estos momentos como muy poca carne, pueden pasar muchos más de los cinco días de los vegetarianos de entre semana que os comentaba arriba. No como carne de cachorros bajo ninguna circunstancia. Tampoco de mamíferos si puedo evitarlo. Y pollo, muy poco. Sí que consumo pescado, huevos y leche, pero procuro siempre que puedo que tengan una procedencia ecológica.
Me consta que cada vez somos más los que reducimos el consumo de carne mediante soluciones personalizadas, con las que nos sentimos cómodos.
También que muchos de los que han acabado siendo vegetarianos han seguido el camino gradual que estoy llevando yo.
Pero me frena el hecho de que si un día tengo antojo de jamón, quiero poder permitírmelo sin cargos de conciencia. Lo mismo que si un día me han invitado a comer en otra casa y me ponen unos canelones con algo de carne picada.
Hoy me he decidido a escribir al respecto, saliéndome de la temática del blog, por los dos últimos posts de dos blogueros que sigo.
Uno es Juan Revenga (@juan_revenga) que en su blog El nutricionista de la general habla de algo que siempre me ha chocado, y es lo intolerantes que son muchos frente al vegetarianismo, la cerrazón y los prejuicios que muestran ante alguien que diga que no quiere comer carne. Conozco gente moderada, razonable e inteligente que pierde el discurso cuando sale el tema “Fulanito se ha hecho vegetariano”, y Fulanito no está delante claro. Reconozco que también he visto esa intolerancia en sentido inverso.
Juan lo expresa así:
La alimentación, la nutrición y su relación con la salud despierta el debate sea cual sea el tema. Por ejemplo, hay un aspecto del mundo de la nutrición que no sé por qué suscita tanta polémica y tan acaloradas discusiones cuando sale a colación, se trata del vegetarianismo. Veamos, los vegetarianos no hacen mal a nadie por haber optado por ése estilo de vida y llevarlo a la práctica; de hecho no es que no hagan mal a nadie, sino que además, están contrastados los beneficios del vegetarianismo sobre la salud cuando “el plan” está bien estructurado; y digo lo de “bien estructurado” porque también hay claroscuros en algunas dietas vegetarianas cuando son mal entendidas (muchas veces cuando se relacionan con cuestiones más esotéricas o filosóficas que científicas). Por tanto, como digo, me choca la furia con la que en no pocas ocasiones se cuestiona este tipo de opciones personales. Bueno, me choca a medias, ya que también suele ser habitual que dicha furia sea directamente proporcional a lo absurdo de los argumentos utilizados (más se grita, agrede y menosprecia verbalmente, a medida que los “razonamientos” ganan en irracionalidad).
La otra bloguera es mi amiga, la que os comentaba que ha adoptado ese vegetarianismo de entre semana en Alemania. Explica aquí sus motivos, que en gran medida coinciden con los míos. Os dejo un fragmento:
CARNE SI:1. porque somos depredadores naturales de ciertos animales: Existe investigación al respecto que conecta ciertos aspectos en el desarrollo de ciertas capacidades netamente humanas están ligadas al comienzo de la caza. Hay includo investigadores que han ido más allá y proponen que el salto en el desarrollo cerebral se dió por el consumo de grasas animales. Actualmente hay especies animales que desaparecerían, de no ser criadas para el consumo humano.
2. porque ser vegetariana o vegana es trabajoso, por no decir impráctico (sí, sé que hay gente que lo lleva de maravilla, pero a lo mejor no tienen mi vida): Si eres vegana, tienes que poner un especial cuidado para que tu dieta sea saludable y tomar las más de las veces suplementos de vitamina B. Si tienes que comer fuera de casa, sólo llevarte la comida a cuestas te garantiza que vas a comer bien. Si estás invitada a algún sitio, ya ni te cuento. Demasiado para mi loco ritmo de vida.
3. porque me gusta: Realmente disfruto cuando me como un chuletón, cuando pruebo un poco de buen jamón serrano… Yo puedo imaginarme perfectamente mi última hamburguesa, pero lo siento, no puedo abandonar el jamón de jabugo, o los langostinos en Navidad. Nuestra experiencia cultural, nuestra cocina está impregnada del sabor de la carne. Y es algo que no me apetece perder.CARNE NO:1. porque el exceso de consumo de proteínas animales está enfermando a la sociedad: colesterol, obesidad, enfermedades de corazón… todas producidas por una dieta inadecuada y demasiado rica en productos animales.
2. porque el exceso de consumo de proteínas animales está enfermando al planeta: Una de las mayores fuentes de emisión de gases invernadero es la ganadería. Supera con creces al nivel de emisiones del automóvil y tiene efectos adversos en el agua y las tierras de cultivo.
Fuente: 20minutos.es3. porque para producir en las cantidades necesarias para el consumo actual, los sistemas productivos han perdido el norte: Vacas locas porque han sido alimentadas con restos de corderos, a pesar de ser hervíboras, contaminación en muchos alimentos, gallinas que se vuelven majaras dentro de sus jaulas y comen su propia mier… En fin, creo que nos hacemos todos una idea de este punto sin que ponga más.
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