Hasta hace poco nunca lo había pensado pero ¿y si me muero mañana qué pasará con mi Yo digital y con todo el contenido que he generado? Cerca de mil millones de personas participamos activamente en distintas plataformas sociales: subimos fotografías, escribimos post, compartimos enlaces… y aunque cada uno se adapte a ellas de una forma y las utilice como que mejor le convenga, a todos nos une una cosa: vamos a morir.


El vídeo de Adam Ostrow de TED me ha hecho reflexionar sobre este tema. ¿Qué va a pasar con todo el “archivo” (como él lo llama) que he generado durante estos años? o mejor, ¿qué quiero que pase con él? ¿Querremos conservar nuestra presencia digital, seguir vivos? ¿Preferiremos morir digitalmente igual que físicamente?

Son muchos los recuerdos que subimos a “la nube”. A veces de forma excesivamente promiscua y sin mucho criterio. ¿Qué querríamos salvar en caso de desastre digital o querríamos legar a nuestros nietos? Hay servicios que ya están pensando en guardar nuestros recuerdos para que podamos revivirlos, e incluso, compartirlos, como la startup Wemories. Pero quiero ir más allá: ¿qué pasa cuando mueres?

Quizás algunos hayáis vivido la incómoda situación de que un amigo/familiar/conocido haya fallecido y sigas teniéndole en Facebook y siga apareciendo en tus historias recientes. ¿Y si hubiese un servicio que recogiese ese contenido, lo almacenase y pudieses entrar a recordarlo cuando quisieses o estuvieses preparado? O el hecho de escribir un blog durante (x) años y que todos esos post se perdiesen por no pagar el hosting y con él las reflexiones y opiniones del autor; ¿por qué no crear un archivo con ellos?

Está claro que no soy la primera en pensar en esto (ni ver el negocio en ello). Servicios de pago como el que ofrece Legacy Locker para guardar contraseñas permiten que una vez pasemos a mejor vida, nuestras contraseñas lleguen a una persona de confianza (designada previamente) y pueda cerrar nuestras cuentas de email, cerrar perfiles en redes sociales (si así lo deseamos), hacer un backup de nuestro blog antes de cerrarlo, etc. Existen también versiones gratuitas de estos servicios, como IfIDie.org, y que permiten dejar desde un documentos con tus contraseñas hasta una carta que nunca te atreviste a entregar en mano.

Para los que hayáis visto el vídeo conoceréis ya la aplicación IfIDie.net, que te permite crear un vídeo o un mensaje de texto que se publicará en tu muro de Facebook una vez hayas muerto. Seguro que más de un amigo agradece conocer la noticia. De la misma que podrías querer mantener el recuerdo de un ser querido para futuras generaciones en servicios como el que ofrece 1000memories.com.

Creo que sería genial poder mantener vivo todo ese contenido que generamos en vida una vez hemos muerto, pero también creo que es una responsabilidad. Hablando con Kevin Sigliano del tema comentaba que “es fantástico poder dejar tantos rastros digitales de tu vida. Es una suerte en comparación con nuestros abuelos. También es una responsabilidad y soy partidario de respetar a los muertos y el “derecho” al olvido“. Y estoy muy de acuerdo con su opinión.

Sin entrar en temas legislativos (“derecho al olvido“, legislación de las distintas plataformas en las que participamos, etc.), me parece importante hacer estas reflexiones de forma individual cada uno de nosotros.

por Tamara Lucas

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